viernes, 17 de julio de 2015

Second Life: Muñequito y muñequita no existen.



La muñequita y el muñequito no existen. No se sustentan sobre ningún soporte físico que no sea un disco duro (como el que tenemos dentro del PC pero a lo grande) instalado en algún ordenador en California. Abrimos Second Life y ese computador gringo comienza a mandar órdenes hacia nuestro PC para que distribuya lucecitas a lo largo de nuestra pantalla de forma que creamos que ahí viven muñequito y muñequita. Pero no son más que una ilusión óptica, porque el muñequito y la muñequita en realidad no están ahí. Porque ni siquiera son como una muñequita o un muñequito que tengamos sobre la cama en casa, que sí existen y podemos agarrarlos. 

En Second Life podemos ponerles ropa al muñequito y a la muñequita, hacerlos bailar, construir casas y hasta deborar genitales ajenos, pero no existen más que en un disco gringo que los tiene almacenados magnéticamente como ceros y unos. Este podría ser el muñequito 10101010101010101010101001010000 y esta la muñequita 10101010000101010101010101001010. Abrimos SL y el ordenador gringo nos manda esas cadenas binarias, para que creamos que les estamos poniendo ropa, que los estamos haciendo bailar, o que los estamos haciendo morir de placer. Pero cerramos SL, apagamos la compu, y pluf... la muñequita y el muñequito han desaparecido. Podemos seguir mirando la pantalla pero solo veremos una superficie negra, suave y lisa.

¿Quiero decir con esto que debamos ignorar los sentimientos de los demás? Por supuesto que no, dado que a todos en mayor o menos medida nos han dañado en SL y estaremos de acuerdo en que no es plato de buen gusto. ¿Quiero decir con esta reflexión que no debamos mezclar RL ySL? Tampoco, porque es un aburrimiento estar todo el rato hablando de prims. 

Cuando introduzcas tu username+contraseña y aparezcas en el grid de Second Life eres libre de creer que de verdad estás calzando esos zapatos slink de medio metro de tacón, eres libre de creer que tienes dos tetas como dos balones medicinales, eres libre de creer que tu novio tiene un rabo como una barra de pan, eres libre de creer que eres un machote dominante cuyas dos esclavas (que si no las has visto por webcam seguramente sean tíos con más rabo que tú) chorrean flujo entrepierna abajo cada vez que apareces por la mazmorra, eres libre de creer que tu bebé-prim (que eso sí que alcanzaría el rango de muñec@ de un muñec@) es más guap@ que el bebé-prim de tu hermana-SL... pero por favor, no pienses que al igual tú, yo también voy a creer que soy mi muñequito, que tengo unas gafas de sol tan chulas como las de mi muñequito, y que tengo la espalda como un armario ropero igual que mi muñequito, porque no me identifico con él. Él es él (y no existe) y yo soy yo.

Si todos los usuarios de Second Life comprendieran esto, habría muchos menos problemas.

Dicho esto, aclarar que tener esta conciencia de la inexistencia de muñequito y muñequita no implica que ignoremos que quien lo y la maneja es una persona. Pero no podemos pensar por ello que esa persona es el muñequito o la muñequita porque entonces sería precisamente cuando estaríamos desnaturalizando a esa persona, convirtiéndola en muñequita o muñequito que al fin y al cabo es un conjunto de luces de colores en la pantalla.

La verdad es que SL es un campo de investigación psicológica fascinante. Por ejemplo al comprobar cómo, no solo muchas y muchos creen realmente ser su muñec@, sino que pretenden que los demás también nos creamos el nuestro, llegando a odiarnos o a despreciarnos si no lo hacemos.

En definitiva.
· ¿Empatizar con los sentimientos de los demás? SÍ.
· ¿Establecer vínculos reales con otras personas (no muñec@s)? También.
· ¿Creerte una diva, una diosa, o un megaDJ? Tú mism@.

· ¿Creer que, al igual que tú, yo también padezco trastorno cognitivo de la realidad?: Ni hablar.




Pedro Pablo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario